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Por María Ávila Pascual
Una noche oscura, tenebrosa y muy fría, una mujer de edad avanzada se había citado, en el bar donde esta mujer trabajaba, con un joven que, unos meses atrás, había abusado de la hija de esta señora, cuando la niña tenía tan sólo 16 años.
Esta señora iba en busca de venganza por el daño propinado a su hija y, para ello, desarrolló un perfecto plan que, pensaba, calmaría sus ansias de venganza. En sus planes entraban el encontrarse con el citado y conseguir estar a solas con él y así poder vengarse del daño que le había causado a su hija.
La señora vio que el muchacho regentaba un bar tétrico donde se pasaba la tarde hasta altas horas de la noche. Fue entonces cuando la mujer solicitó al dueño de la sucia taberna que le proporcionara un oficio como cocinera o camarera y así fue el tabernero le cedió el puesto de camarera donde la señora noche tras noche iba seduciendo al muchacho, hasta la noche del 13 de julio que tras seducirlo lo invitó a acompañarla a casa.
Él, ingenuo, la siguió hasta el hogar y morada donde ella lo llevó hasta el salón, donde durante unos minutos lo hizo esperar hasta que con una sugerente ropa de noche lo recibió en su dormitorio, recostada en la cama. El joven no podía saber lo que allí el destino le deparaba.
Tras unas horas de lujuria y desenfreno la mujer, llena de odio, tomó por el puño la pistola que guardaba bajo la almohada y, mientras el chico descansaba recostado en sus piernas, lo encañonó y le disparó.
El joven agonizaba de dolor y lentamente su corazón se iba apagando. Ella sentía un gran alivio por vengar a su hija pero, también, comenzó a sentir un gran peso por la Venganza de Sangre.
Hola, María:
ResponderEliminarYo leí hace mucho que una persona a la que le pasó que abusaron sexualmente de hija, dijo que el perdonaba al abusador. Creo sucedió en Francia, y fue un caso muy sonado.
Yo creo que hay abusos dificiles de perdonar, pero una cosa que sí es cierto, es que el odio, el rencor, y el deseo de venganza a quien destruyen es a quien lo siente. Es como si le dieramos más gusto a quien aplica todo su poder sobre nosotros, pues por ejemplo con cualquier abuso.
Me gusto tu relato, MARÍA. Un beso y un abrazo, de Claudia. Ahh, ¿y ya vi que fuiste reina! ¿O princesa?