sábado, 24 de julio de 2010

Cuanta curiosidad, por Andrés Ruiz

Cuanta curiosidad,

cuanta y cuantas sendas de cavilaciones,

inquietudes, recovecos que circulan acelerados

por un entresijo de callejuelas neuronales sin fin;

¡al final!... la luz, vergel de descanso,

de evasión y nulidad de toda expectación.

sábado, 17 de julio de 2010

Nuestros palabros y el esquema que no conseguí que os entrara en la cabeza... por si alguno lo quiere repasar





Con palabros y esquema o sin ellos, ha sido un placer estar con vosotros: ¡ESPERO VOLVER A VEROS MUY PRONTO! Abrazos para todos, Yaiza

Y más fotos y más risas y más escritura




Risas, fotos y más escritura en el día de despedida...




viernes, 16 de julio de 2010

Sonoridad y Acróstico, poemas de Andrés Ruiz

Sonoridad

Caigo en la cuenta que cuento contento

poesías al día que auto escribía

y siento que pienso al tiempo que quiero

momentos felices radiantes de alegría



Puedo acariciar un alma

que danza melodías al alba

mientras despierta fresca tu cara

reflejo espejo del agua


Acróstico

Anochecía inhóspitamente

nadie había!

donde la nana se asoma

resuena melodía

¡es tarde!, pero no parecía

susurra noche susurra! no te quedes vacía

Resumen, poema de Miguel Baró

Rosas en mí,

canciones de cuna,

de luna pura,

muertos los labios,

secos como rosas,

alma en pena,

esperas tu tiempo.

miércoles, 14 de julio de 2010

DIARIO 57


Por Miguel Baró

No sé si me estaré precipitando al escribir esto en un diario y dejarlo a la mano de cualquier persona que lo encuentre en un futuro ya que los políticos se están tomando esto demasiado en secreto y a los ciudadanos como es normal nos están contando chorradas que nadie se llega a creer.

No quiero alarmaros ni destapar nada importante o peligroso, pero os voy a contar en todas las hojas que me sea posible lo que estoy viendo día tras día en mi barrio, donde habitualmente no ocurren cosas que ahora sí que están ocurriendo diariamente y eso me asusta muchísimo la verdad.

Eran las 6:13 H de la madrugada y un estruendo en el cielo despertó a todo el vecindario, por lo menos a la mayoría que rápidamente salieron a la calle para ver que estaba ocurriendo.

José, el hombre con problemas mentales que todos adoraban tenía una pistola en la mano y acababa de disparar a un guardia de seguridad que patrullaba las calles desde que todo esto comenzó.

Tenía los ojos vueltos y el pelo no era ni siquiera pelo, tenía una capa roja de sangre con una mucosidad un tanto asquerosa que a mí por lo menos no me pareció normal ver en el cuerpo de aquel guardia de seguridad.

A los cinco minutos llegó la policía y se llevó a José en un coche y seguido de ellos los SWAT que rápidamente rociaron al guardia de gasolina y le prendieron fuego.

¿A que no os podéis ni imaginar que le ocurrió al cuerpo?

Yo la verdad es que me quedé como bloqueado cuando vi que el cuerpo se derritió muy pero que muy rápido al haberle prendido fuego y eso si que no era normal en un cuerpo humano.

Nos mandaron a todos entrar en nuestras casas y no salir bajo ningún concepto a no ser que estuviéramos acompañados por un guardia de seguridad o un policía de la ciudad.

Tampoco podíamos abrir la puerta a nadie, pero eso no llegué a comprenderlo hasta el día en que vi la sombra negra en el cielo.

Eso ocurrió la mañana del día 13 de Diciembre de 2049, el mismo día que cumplí 17 años y el mismo día que mi madre murió de un infarto por haber inalado un gas tóxico que rondaba todos los días desde que pasó lo de José y el guardia.

La puerta sonaba, toc toc, toc toc, nadie quería abrir, todos estaban consternados en esos momentos por la muerte de mi madre y la verdad es que el único que tuvo el valor de acercarse a la puerta fue mi perro Rufo que ladraba y ladraba sin importarle nada.

Varias veces le mandé callar, pero no hacía caso.

En la puerta, la figura de la sombra negra parecía la de un humano, pero no lo era, hacía un ruido raro y conseguía que las luces parpadearan y las paredes y el suelo se moviera.

Nos alejamos lo más que pudimos de la puerta y mi padre encendió el televisor para ver qué demonios estaba pasando ahí fuera y por qué nos tenían encerrados como a perros salvajes en nuestras casas.

En la tele sólo se podía ver una cosa, en todos y cada unos de los canales aparecía el mismo mensaje escrito dentro de un círculo.

Precaution, lo que es igual a Precaución.

Justo debajo se podía leer en pequeñito…

Mensaje de los Estados Unidos de América.

En aquel momento me quedó muy claro a mí y a todos que pasaba algo y evidentemente era algo grave.

Ahora aquí estoy, ocho años después y escribiendo un resumen del guión de mi vida, que sin duda ha sido espantosa desde que comenzó esto.

En estos momentos me encuentro dentro de un trozo de una tubería de alcantarilla que hay en un descampado que antes era un campo de futbol, pero que ya no es más otro de los muchos sitios que ha quedado devastado por las sombras negras, algo que a muchos no le ha quedado muy claro que son realmente o que están buscando.

Me dan miedo, sé que no son humanos y que no han venido para hacer el bien. Buscan algo y temo que sea a mí.

lunes, 12 de julio de 2010

Venganza de Sangre



Por María Ávila Pascual

Una noche oscura, tenebrosa y muy fría, una mujer de edad avanzada se había citado, en el bar donde esta mujer trabajaba, con un joven que, unos meses atrás, había abusado de la hija de esta señora, cuando la niña tenía tan sólo 16 años.

Esta señora iba en busca de venganza por el daño propinado a su hija y, para ello, desarrolló un perfecto plan que, pensaba, calmaría sus ansias de venganza. En sus planes entraban el encontrarse con el citado y conseguir estar a solas con él y así poder vengarse del daño que le había causado a su hija.

La señora vio que el muchacho regentaba un bar tétrico donde se pasaba la tarde hasta altas horas de la noche. Fue entonces cuando la mujer solicitó al dueño de la sucia taberna que le proporcionara un oficio como cocinera o camarera y así fue el tabernero le cedió el puesto de camarera donde la señora noche tras noche iba seduciendo al muchacho, hasta la noche del 13 de julio que tras seducirlo lo invitó a acompañarla a casa.

Él, ingenuo, la siguió hasta el hogar y morada donde ella lo llevó hasta el salón, donde durante unos minutos lo hizo esperar hasta que con una sugerente ropa de noche lo recibió en su dormitorio, recostada en la cama. El joven no podía saber lo que allí el destino le deparaba.

Tras unas horas de lujuria y desenfreno la mujer, llena de odio, tomó por el puño la pistola que guardaba bajo la almohada y, mientras el chico descansaba recostado en sus piernas, lo encañonó y le disparó.

El joven agonizaba de dolor y lentamente su corazón se iba apagando. Ella sentía un gran alivio por vengar a su hija pero, también, comenzó a sentir un gran peso por la Venganza de Sangre.

Un sueño desde niño

Por María Ávila Pascual

La madrugada llegaba a su fin y los primeros rayos de sol despertaban a Jaime, fue ahí cuando se dio cuenta de que todo lo que en su cabeza había rondado durante las últimas horas había sido sólo un sueño.

Aunque esto sólo había sido un sueño, su cuerpo sentía sus estragos, tenía frío, estaba cubierto con toda la cobija que tenía en la cama y el cansancio era dueño de su cuerpo. Pero esto ya no le importaba sino que ansiaba con realizar lo que en aquel sueño había vivido: escalar y alcanzar el techo del mundo.

Fue este su despertar en una mañana de enero, y cual sería su sorpresa cuando, bajo el abeto que habían instalado en casa, encontró un gran paquete con una vieja, húmeda y estropeada carta.
La carta decía: …

"Pronto alcanzarás mi cima y espero que esto te sirva de gran ayuda".

Fue así como él comenzó su sueño, el de escalar el Everest, el cual desde que era un niño soñaba cada noche con alcanzarlo y al amanecer despertaba con este maravilloso y placentero sueño.

sábado, 10 de julio de 2010

EL SOLITARIO

Por José Antonio Prados Luna

Un día caminando por los montes nevados y las frías capas de hielo se caían a pedazos. Javier, el solitario, se propuso subir a la montaña pero estaba esperando a su hermano para que le subiese un taje para la nieve.

Esperando y esperando a las 2 horas le subió el traje negro, se lo puso y cuando cogió los maletines se puso en marcha.

Hacía un día malísimo para subir a la montaña, cuando llegó a la cima llegó asfixiado y cojeando. El traje se le calaba el frío y el mismo empezó a correr para entrar en calor y así poder bajar de la cima y llegar a un sitio caliente y refugiarse del frío.

EL MONTAÑES

Por José Antonio Prados Luna

Un día caminando por los montes de Sierra Nevada, José el montañés se cogió su peto nuevo y subió hasta la montaña más alta del mundo. Nunca nadie había subido tan alto, cuento llegó a la cima se mareó tanto que no se sostenía en pié, cogió su mochila y sacó una aspirina para el dolor, se la tomó y se puso peor.



Recogió su maletín y se dijo del mismo modo nunca subiré a la colina y jamás nadie había subido tan alto como yo. El puso su bandera en el monte para cuando fuese alguien supiera quien había estado allí.

jueves, 8 de julio de 2010

Un trauma sin explicación


Por Joaquín Caballero Moral


Una señora bastante envejecida se encuentra enferma, y su hijo, a pesar de tener problemas personales, sabe que tiene que estar con ella porque la quiere. Así que la apoya psicológicamente, intentando que no se note su propia tristeza interior.

El problema de la señora (que según los médicos es bastante grave y, a la vez, sorprendente)es el siguiente: un día, fue a comprar al supermercado de su pueblo, y se dio con un carrito de la compra que iba muy lleno de golosinas, comidas y bebidas.

La señora sufrió por este golpe con el carro un gran trauma cerebral y, por ello, tuvo que permanecer unas semanas en el hospital. Sin embargo, aún sigue en el mismo estado y no se sabe cuándo se recuperará.

A decir verdad, los médicos no han podido explicarse aún cómo, por un simple carrito lleno de comida y otros instrumentos alimenticios, la mujer ha podido sufrir un trauma cerebral que parece bastante grave.

miércoles, 7 de julio de 2010

La tragedia de una vida amable


Por Andrés Ruiz

En ocasiones, personas que lo tienen todo… sienten no poseer nada, estar vacías. Pero también es cierto que mendigos que no cuentan con nada, ¡ni siquiera con lo más básico!, dicen tenerlo todo, sentirse pletóricos y felices por ello. ¡Entonces!... ¿qué lectura debo yo sacar de ello?; ¿qué camino se supone que conduce a la felicidad, a la dicha?. ¿¿¿La miseria???. Al menos, eran los primeros pensamientos que amartillaban a mi indisciplinada mente.

¡Se me hacía extrañísimo haberlo interpretado desde una perspectiva tan trágica! pero imagino que era el presagio de lo que acontecería y que ya debía estar cocinándose.

De todos modos, ninguna de aquellas dos realidades (riqueza o miseria) eran la mía, ¿o más correctamente debería decir que contenía pinceladas de las dos a la par?.

Sea como fuere, ambas situaciones tan dispares se iban entrelazando y dando en mi vida. Pero… ¿cómo se puede tener todo y sentir no tener nada, o no tener nada y alegrarte aseverando disponer de todo?

¡Lo sé!, también para mí es una desquiciada locura y un sin sentido lo que he contado hasta ahora, más aún si se tiene en cuenta ¡que mi vida! fue realmente maravillosa. Todo me vino rodado. Escuchaba siempre los dictados de mi corazón, me dejaba fluir, sin miedos, sin cohibiciones y cada cosa salía a las mil maravillas ¡no me preguntéis cómo!.

Contaba con un amor idílico, casa propia pagada, trabajo bien remunerado, reconocimiento público, una familia igual de unida que divertida. Todo un cuento, eso sí ¡bonito, francamente bonito!.

Me sentía afortunada como nadie, ¡hasta que un día!, el pilar de mi vida quedó petrificado y frío. ¡Inerte ya para siempre!.

¡Falleció!, ¡por Dios que se me fue sin dar tiempo ni a un efímero ay!. Mi esposo exhaló una ¡no despedida! entre mis brazos, consumido por una enfermedad descubierta en aquel mismísimo instante; ¡ni antes, ni después!.

¡Qué dureza!; ¡que crueldad enterarse de la forma en que lo hice y que muriera sobre mi regazo sin tiempo a asimilar la situación, a intentar tranquilizarle, reconducir su angustia a un estado más optimista donde habitan las esperanzas de curación y los milagros que alguna vez leí que eran posibles según la Biblia narra!.

¿Y ahora qué?, ¡dime tú!. ¿Qué tengo?, ¿acaso me queda algo?.

Indudablemente, pese a ser de clase media-baja, lo tuve todo, así como el mismo ¡todo!, me fue arrebatado sin piedad. Tenía el universo por techo, me sentía plena, ¡y ahora!… ni una mota de polvo poseo, todo me sobra, incluso la indigencia sería demasiado agradecida para mí y por ello me debato ¡entre si unirme a él con un disparo limpio y certero!, ¡o intentar reírme de mis propias miserias pensando que el mañana será mejor, que acudirá a mí más amable, tanto como para querer consolarme o atraerme la imposible sanación del olvido!


(Relato inspirado en una imagen que expusimos en el Taller, en la que aparecía una pareja: un hombre con los ojos cerrados y totalmente tumbado sobre las piernas de una mujer, que permanecía sentada sobre el suelo y apuntándose con una pistola a la cabeza).

martes, 6 de julio de 2010

La poeta Olga Muñoz visita nuestro Taller


El próximo viernes, día 9 de julio, a las 20.00 horas, la poeta Olga Muñoz visitará nuestro Taller, para recitar sus poemas y contarnos cómo desarrolla su proceso creativo.

A modo de adelanto, publico aquí un poema de Olga, de su libro "El Plazo":

1.

SÓLO LLEGA LA luz a algunas zonas. La mayoría sigue en penumbra, esperando la retirada de esta sombra cicatera que impide verlo todo. Constato la presencia dura, bajo el almohadón, del hueso. Se trata de un sostén mínimo que cede bajo un cielo sin color. Tantas capas de aire sobre nuestros pobres hombros.

La duda se extiende como una mancha viscosa, su transparencia insiste en engañar al ojo. Resulta agotador eliminarla y además los dedos no responden.